lunes, 1 de noviembre de 2010

Un Menú degustación para las ocasiones especiales, Madrid.

La noticia que una nueva vida está a punto de llegar, la gratitud por habernos sentido protegidos y amados en momentos difíciles, el saber que aquellos pequeños momentos vividos juntos conseguirá que nos mantengamos unidos a través del tiempo y de la distancia o un sentimiento mayor a la libertad que hizo sentirnos vivos, son motivos suficientes para reunirse con aquellos que crearon los recuerdos que hallamos en nuestros corazones y almas perturbadas por el día a día.
Curiosamente, instintivamente o premeditadamente, siempre acabamos celebrando cualquier acontecimiento de nuestras vidas con una comida, pues al fin y al cabo es en esos momentos, cuando no importa lo que se diga o cuantas lagrimas se nos escapen, porque simplemente somos nosotros mismos con  nuestros amigos, y lo que nos rodea es simplemente un silencio y un vacio que no cuenta.
Para esas ocasiones os recomiendo mi lugar predilecto para decir te quiero, pasando por gracias hasta el nunca te olvidare. Ese sitio es el ASADOR CASA JUAN, en la calle Infanta Mercedes, 111, Madrid.
El hecho que tengamos que llamar para reservar ya nos garantiza que el motivo que nos llevara a este magnífico restaurante es una ocasión única, una ocasión que queremos recordar a través de los tiempos.
Aunque tiene carta, os aconsejo el menú ejecutivo. Un menú degustación bien equilibrado y con una calidad exquisita. Podréis probar un Foie de Oca gustoso y esponjoso, pasando por un Jamón que se deshace nada mas gustarlo hasta cosas tan sencillas como un revuelto de setas, unas chistorras y unas croquetas dignas de nuestras abuelas.
El momento estrella es  la llegada del chuletón. El acierto de traerlo fileteado y medio crudo, hará que cada uno se lo prepare en la mesa a su gusto, haciendo que en ese momento se escape más de una carcajada antes que nos embargue la melancolía. Eso sí, todo ello bien regado con un vino de la casa que no es otro que un Rioja o un Ribera del Duero que conseguirá que la comida casi eclipse el motivo de la celebración.
No os dejéis engañar por el tamaño de los platos, pues aunque parecen pequeñas las raciones, cuando llegue el postre estaréis saciados. Quizás por eso el postre es acertadamente una fuente de fruta pelada y cortada, acompañada de unos frutos secos, unas Tejas de Tolosa, una crema de orujo y un licor de caramelo, para que a medida que el fin de la comida se acerca, nos demos cuenta que hasta las cosas sencillas son dignas de recordar.
No importa el motivo que os lleve a Casa Juan. Este lugar no os dejar indiferentes, no os defraudara. Todo lo contrario, conseguirá que el motivo que os llevo un día allí, llegue a ser el recuerdo que,  en un futuro no muy lejano, cuando cerréis los ojos, os haga sentir de nuevo las risas de los amigos que ya no están cerca, que sintáis la fragancia de quien os hizo sentir vivos, de aquellos días que nada importaba, unos días que ya no volverán pero que seguirán vivos gracias a momentos vividos en lugares como este.
Porque la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS
Que no s’apagui la màgia!!

1 comentario:

  1. Y todavía nos preguntamos por el motivo de esos kilitos que nos sobran...

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