lunes, 18 de octubre de 2010

24Horas en Donostia-San Sebastián

Hay días que aun rodeado de gente,  la soledad invade tu corazón.

Hay días que mientras las frías gotas de la ducha matutina intentan despertarte, los cálidos recuerdos del pasado inundan tu mente aun dormida, y deseas no despertar a tu realidad.

Hay días que ni ocasiones tan especiales como una boda,  puedan evitar que  tus ojos derramen lágrimas amargas al saber que una vida ya vivida está a punto de cambiar.

En esos días solo queda una salida. Ir al encuentro de quienes sin cruzar una sola palabra, te comprenden,  te entienden, donde el silencio no es incomodidad, porque una amistad sincera une más que mil palabras flotando sin dirección en el aire.
A veces solo necesitamos de 24 horas para recordar que la distancia solo son números, no sentimientos. Y Donostia-San Sebastián es la ciudad perfecta para disfrutar de un día inolvidable con aquellos amigos que ya no están cerca.
Y como por desgracia no somos dueños del tiempo,  aprovechad cada minuto, cada segundo que os ofrezca esta ciudad.  Así que os recomiendo que empecéis con un buen desayuno, y el mejor sitio es BIDELUZE, en la plaza Gipuzkoa. Un antiguo café os espera con un amplio surtido de pinchos, desde lo más tradicional como el de tortilla de patatas hasta los más originales como el de calabacín rebozado sobre una lamina de bacón crujiente y queso emmental,  que acompañados de un buen café, hará que el tiempo no cuente  para conversar sobre las nuevas comienzos, los amores que pudieron ser e incluso para que filosoféis un poco sobre los porqués.
Después de un tranquilo paseo por el casco antiguo, observar el oleaje del mar cantábrico en la famosa playa de la concha y sentiros como una estrella de cine al pasear por el Kursaal,  llega la hora de comer.
Mi recomendación es que recorráis unos pocos kilómetros a las afueras de Donostia-San Sebastián hasta la pequeña localidad de Astigarraga, donde encontrareis una sidrería tradicional llamada ALORRENEA.
En esta sidrería encontrareis la tradición y la calidad que solo el norte puede ofrecer. Las majestuosas barricas de sidra y el carbón consumiéndose en enormes parillas de piedra,  hará que el ambiente sea relajado y el lugar idóneo para que un grupo de amigos recuerden lo que fueron mientras la comida se elabora lentamente.
Mi recomendación es que pidáis los pimientos con anchoa para abrir boca y acompañar las primeras sidras. Por cierto, la sidra os la tenéis que servir directamente vosotros, pero la experiencia de tirar la sidra desde una barrica ayudara a que las primeras risas resuenen en el eco de la sidrería.
Seguid con el bacalao al pilpil (previo aviso telefónico,  de al menos un par de horas), algo sublime. Un bacalao tan fresco,  en su punto justo de sal, ligado a su amor en una cazuela de barro, que hará que sintáis la ligereza del sabor no solo en vuestro paladar, sino también en el resto de vuestros sentidos. Tal es su extraordinario sabor, que no podréis evitar de mojar con el pan la cazuela,  para no perderos ni un resquicio de algo sabrosísimo.
Para colofón, el Chuletón. Un kilo de carne jugosa y suave como mantequilla, que se derrite sin necesidad de masticar. Eso sí, no apta para amantes de las suelas de zapato.
Para terminar, no olvidéis pedir el queso con membrillo y nueces, imprescindible para acabar una comida inolvidable.
Somos dueños de la nada y no la podemos evitar, por eso, aun con  el estomago lleno, un vacio se apodera de uno  al saber que el día toca a su fin. De nuevo, la distancia gana la partida y hay que volver, cada uno a su nueva vida. Pero el recuerdo de un día inolvidable conseguirá que en el viaje de vuelta, esbocemos una sonrisa al contemplar el rojo atardecer, mientras una lagrima de gratitud por la amistad forjada en los buenos y en los malos momentos, se asoma sin que intentemos evitarlo.
Porque la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
                                  On egin - Buen Provecho - Bon Profit - Bo apetito
NAPS

martes, 12 de octubre de 2010

Tarde de lluvia en Alcalá de Henares

Hay momentos que uno necesita estar solo con sus pensamientos, con sus inquietudes, con su pasado.
Hay días tristes de inviernos, de lluvia gris, en que uno necesita sentarse a contemplar como la lluvia moja poco a poco todo lo que nos rodea sin tener que hablar o dar explicaciones.
Hay tardes que uno simplemente quiere existir para no ser visto, simplemente para ser uno mismo en su soledad.
Para esas tardes existe el lugar perfecto en la ciudad de Cervantes, Alcalá de Henares. En un calle pequeña, en el centro histórico de esta ciudad, en la calle Ramón y Cajal 9, existe un rinconcito de paz y tranquilidad para aquellos soñadores buscando el cobijo del silencio y el balbuceo de sus pensamientos.
SABOREA TE Y CAFÉ es un pequeñísimo local con 4 mesas literales en un ambiente rodeado de cafés, especies, tés….donde sus fragancias hace que una sensación de bienestar se apodere de uno.  La música bien escogida y en un volumen idóneo, ara que nada perturbe vuestros pensamientos y podáis ver como las finas gotas de lluvia se apoderan de las calles adoquinadas de Alcalá.
Con una variedad de más de 20 distintas infusiones y más de 10 clases de cafés, decidiros por una sola bebida será todo un reto, pero sea cual sea vuestra elección no os defraudara. Mi recomendación son las tartas caseras que encontrareis, la mejor sin lugar a dudas es la de manzana. No siempre encontrareis la misma tarta de manzana, siempre hay distintas clases, pero todas exquisitas y que os dejara con ganas de probar otro pequeño bocado celestial.
Eso sí, lo único negativo es la incomodidad de la sillas para un lugar donde el tiempo solo pasa en el reloj de los transeúntes, que huyen de una lluvia hermosa en los ojos de los soñadores.
Sin lugar a dudas, si este lugar hubiera existido en tiempos de Cervantes, este habría hallado una inspiración superior para escribir una obra mayor, sin lugar a dudas, a nuestro querido Quijote.
La vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS

lunes, 4 de octubre de 2010

Día perfecto en Tossa de mar.

En lo alto de una colina, una muralla medieval del siglo XII nos invita a  cerrar los ojos y dejarnos  llevar por el silencio del viento. Porque solo así podremos oír, en el eco del viento, desde los  feroces intentos de aquellos piratas sangrientos por alcanzar las costa hasta el delicado taconeo que dio en sus largos paseos hacia el atardecer Ava Gardner, la actriz que nos enamoro y se enamoro de un pequeño pueblo, y que reposara eternamente  en una estatua a tamaño real de bronce, para observar lo que el pintor francés Marc Chagall bautizo como el “Paraíso Azul”.
Ese “Paraíso azul” es Tossa de Mar.  Un lugar en la Costa Brava donde el mar y el bosque conviven en una armonía tan perfecta, que consigue transmitirnos esa paz que respiraban los primeros pescadores, embarcando en sus pequeñas barcas, saliendo con la mar en su favor y arropados por una hermosa luz plateada, regalada por una Luna que lentamente moría con los primeros destellos del alba.
Un pueblo que a pesar de la inevitable invasión de turistas, no ha querido olvidar  ni desarraigarse de su honroso pasado de gente de mar. Un espíritu que se respira al pasear por sus cuidadas calles y como no, por su rica gastronomía. Hallaremos una gran cantidad de sitios donde poder disfrutar de lo que el mar nos regala a diario, preparados para sorprender a los turistas por sus infinitas elaboraciones, pero también, por sus infinitos precios.
Por eso yo os recomiendo que visitéis el BAHITON-GRILL, en la calle Peixatera, 1.
Sorprendentemente cerca de la playa, se encuentra un restaurante muy pequeño, pero donde el ambiente familiar que encontrareis y la excelente calidad de sus productos, acompañados de unos precios bastante asequibles en comparación con otros, conseguirá que por un día os sintáis como un viejo lobo de mar volviendo a la paz de su hogar o aquella Ava Gardner de los años dorados de Hollywood perdida en un magico pueblo de mar.
Personalmente os recomiendo las anchoas de “Tossa”, nada envidiables con las de la “Escala”, que acompañadas del típico pan de pueblo con tomate, conseguirá que disfrutéis de algo tan sencillo pero apetitoso, placentero, gustoso... que os será difícil definirlo.
Otra recomendación es la Sepia. Hacía años que no comía una sepia no solo tan tierna, sino sabrosa, algo difícil de encontrar, y por extraño que suene, con un buen precio en zonas de costa.
Una parada obligatoria cuando se visita la Costa Brava tiene que ser Tossa de Mar, y este restaurante ara que os llevéis un grato recuerdo de un día perfecto en una de las costas más hermosas que existen.
Porque la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS
Para quien nos enseño lo que significa la amistad. Thank you Moi.