martes, 10 de mayo de 2011

Volver a Casa

Después de 10 años viviendo en Madrid, había llegado la hora de estar cerca de los viejos amigos, de compartir momentos perdidos con la familia, era tiempo de volver a casa. Y no había miedo mayor, que el saber si podría acostumbrarme a vivir en una pequeña ciudad, como era la que me vio nacer, Lleida.
Recientemente, en un viaje rápido para poner en marcha dicha transición, decidimos cenar en un italiano, TRASTEVERE, Camp de Mart 27, Lleida.
Aunque soy defensor de lo único, tengo que reconocer que por primera vez, una cadena de restaurantes, o lo que es lo mismo, una franquicia, me llego a sorprender y a gustar.
El diseño de la carta, está bien estudiada, para ofrecer una gran variedad de sabores y texturas.
La elección de la pasta será todo un reto para los descubridores de nuevos sabores, pues encontrareis por un lado, un gran surtido de pastas frescas, desde los tradicionales maccheroni  hasta unos ravioli de foie y ceps, pasando por unos suaves triangolini di gorgonzola e pera o unos fagotini de longaniza casera. Una vez escogida la pasta que queréis, ahora toca elegir con que salsa la acompañareis, y ahí se os presentara otro dilema, ¿escogeréis un clásico como la salsa pesto o arriesgareis con una de trufa, hongos y langostinos?
La parte de las pastas no solo me pareció muy original, sino un juego para descubrir nuevas combinaciones y el despertar de nuestros sentidos.
Otro apartado que me sorprendió fueron le pizze. Una masa fina y crujiente, nos descubrirá las pizzas clásicas mejoradas, pues  no solo tienen la cuatro estaciones, aquí os descubren dos estaciones más con la seis stagioni. Y para los amantes del queso, no os perdáis la 7 formaggi, una fondue echa pizza.
Y si lo que buscáis es algo más ligero, el apartado de las insalate será la mejor opción, porque al igual que el resto de platos, la calidad en este lugar no está reñida con la cantidad. Raciones grandes, pero sin perder la frescura y el exotismo que se busca.
Y para terminar una buena comida italiana, no hay nada como un café piccolo, suave e intenso, para recordar esos sabores degustados.
Y fue en esos momentos de relajación después de saciar el hambre, rodeado  de las risas y los recuerdos con aquellos primos y futuros primos políticos que en la distancia vivimos, sentados en aquel restaurante de una ciudad casi olvidad por mí, que me di cuenta que la pequeña ciudad que deje hace 10 años, no era la misma. Sin olvidar sus raíces, su tradición, se estaba convirtiendo en una ciudad del siglo XXI, y aunque en un conocido spot publicitario de una cerveza, recordando todo lo que se puede encontrar en Cataluña, nos olvidaba un poco,  la “Terra Ferma” no solo ha dado un President de la Generalitat, no solo ha dado una cerveza que allí donde va triunfa, no solo ha dado un capitán al mejor Barça de la historia… dio, da y dará mucho en cultura, deportes y sobre todo en gastronomía. Sus vinos de Raimat, sus escuelas de hostelería, su cocina tradicional y su cocina de jóvenes cocineros, hace de las tierras de ponent, unas tierras preparadas para ser descubiertas a través de sus aromas, sus sabores y su amor al buen comer.

Fue entonces cuando supe que todo iría bien, que como cantaba Macaco, "Volver al origen no es retroceder, quizás sea andar hacia el saber".
Recordad,  la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS