lunes, 21 de febrero de 2011

"Bella Italia" en Madrid.

Aun puedo sentir la emoción de los preparativos, la ilusión de emprender aquel viaje que sin lugar a dudas marcaria para siempre nuestras vidas.
Era el veranos del 2005 y aun lo puedo recordar como si fuese ayer, aun nos puedo ver cargando la furgoneta, con sueños, con temores, para emprender lo que muchos considerarían una locura. Un viaje a través de 7 países en tan solo 20 días. Un viaje al interior de cada uno, abriendo nuestras almas, en el viaje que marcaria un antes y un después, porque allí estábamos los tres, solos ante lo desconocido, solos con nosotros mismos, solos ante el futuro, ante decisiones trascendentales y a punto de emprender un camino sin retorno hacia el mañana.
De todos los países, uno que sin lugar a dudas nos marco, y no solo porque la furgoneta murió y resucito hasta tres veces, fue Italia. Su historia, su ambiente, su comida… sí, su comida. Como olvidar el cremoso helado de stracciatella a pies de la torre de pisa, como olvidar esos raviolis rellenos de espinacas cerca de las catacumbas de  Roma, como olvidar ese risotto con boletus en una pizzería que solo servía pizza un día a la semana a las afueras de Florencia, o ese capuchino en Turín, como olvidar…
Pues para no olvidar Italia, para los amantes de la cocina de ese país, os recomiendo el restaurante NONSOLOCAFFÈ, c/ Ríos Rosas 52, Madrid.
Quizás acostumbrados a las versiones comerciales de los restaurantes italianos en cadena, más preocupados por la estética que por lo autentico, este local rompe todo lo conocido hasta el momento y os sorprenderá. Con una decoración sencilla pero con gusto, hallaremos un pequeño trozo de Italia en pleno corazón de Madrid, donde las conversaciones en italiano de los camareros mezclado con las ondas perdidas en el aire de una emisora italiana, os llevaran a sentir otra vez,  como  los últimos rayos de sol descansan sobre vosotros a pies de la escalinata de la Piazza di Spagna, sintiéndoos como Gregory Peck y Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma.

Sinceramente, hacía mucho que no visitaba un restaurante italiano autentico, donde el dueño, los camareros y la comida fuesen del país que nos regalo el Renacimiento.
Os recomiendo que empecéis con la Insalata Agrodolce, una mezcla de lechugas y achicoria con queso de cabra tostado en sartén, cebolla caramelizada y vinagreta de miel. Dicha combinación con la calidad y el sabor de un queso tan exquisito, hará de esta ensalada algo inolvidable, incluso para los no tan amantes del queso.
Insalata Agrodolce
El surtido de pasta y risotto, con una amplia variedad y combinaciones, os hará dudar sobre cuál será el plato que mas os apetezca tomar.  La verdad es que será difícil decidirse, pero igual de difícil defraudaros.
Pero si algo destacaría, sin lugar a dudas, es  el Tagliata di Filetto al Rosmarino, un  corte de solomillo de ternera,  jugoso y sabroso, un corte que pocas veces encontrareis en otras cartas.
Y como buen italiano, no faltan las especialidades en el postre,Tiramisú y un Panna cotta muy ligero y nada empalagoso, ideal para después de una comida consistente. De nuevo, difícil elección, pero éxito asegurado.
Llega el final, pero antes de marcharnos tenemos que tomar una Café piccolo o una Tisane para acompañar el limoncello, que nos asegurara una digestión rápida y placentera.

Quizás os preguntéis que pasa con la carta de vinos. De nuevo este Restaurante marca la diferencia, pues aunque no tenía mucha variedad de vinos españoles, si me sorprendió gratamente una carta donde poder descubrir los vinos italianos, mas allá del, no mas bueno y apreciado, lambrusco.
Todos hacemos un viaje en la vida que trascenderá mas allá del simple hecho de romper una rutina obligada. Un viaje a las emociones, a los sueños, a descubrir nuevos recuerdos, nuevos gustos para nuestros paladares, donde todo lo que vivamos, incluida la comida, permanecerá en nosotros y que querremos recordar simpre que podamos.
Yo hice el viaje y encontré donde poder vivirlo de nuevo. Y tú, ¿cuál será tu viaje?
La  vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS
Per als tres de la trafic blava.

lunes, 7 de febrero de 2011

Para Hablar…

Un día antes, escuche en un programa de radio, lo que los oyentes habían escrito para  continuar la frase “Me acuerdo…”
 “Me acuerdo del olor de mi antigua casa”, “Me acuerdo de mi primer coche” o “Me acuerdo de mi bici roja y blanca” decían algunos, y entonces me pregunte, como hubiera continuado yo esa frase, pues al fin y al cabo, todos tenemos algo para recordar, algo que tenemos en un rincón de nuestro corazón o quizás en una pequeña caja, llena de polvo y de fotografías, que nos recuerdan cuando fuimos jóvenes, cuando aún nos permitíamos el lujo de soñar o como una simple cena en una piscina nos hacía sentir los dueños del mundo.
Y precisamente, recordar, es lo que nos reunió un sábado soleado de febrero delante del restaurante FOGON DEL PAN DE QUESO, en la calle Mejía Lequerica 14 de Madrid.
Un restaurante sencillo y pequeño , pero acogedor, donde recordar tiempos pasados, hablar de nuevos proyectos, de nuevos sueños, no quedaría eclipsado por un ambiente cargado o molesto. La comida, ligera pero con un toque innovador, acompaña a la perfección las largas y sinceras conversaciones con los amigos. Un lugar sin lugar a dudas, para hablar con tranquilidad, mientras disfrutáis de una cocina mediterránea con toques étnicos.
Por eso, para poneros al día con nuestros amigos,  nada mejor que la ensalada de frutas pasas, nueces y helado de queso de cabra, o para los más atrevidos, la crema de coliflor y chocolate blanco, una combinación extraña al oído, pero intensa al paladar.
Ensalada de frutas pasas, nueces y helado
de queso de cabra.
Cuando la conversación ya toma aires más serios, no paséis por alto el taco de atún rojo empanado en sésamo con culis de tomate y cebolla caramelizada. Aunque lo sorprendentemente delicioso es el steak tartar de solomillo de ternera con helado de mostaza a la antigua. El helado cremoso combinado con una carne suave pero sabrosa, conseguirá que redescubráis el sentido del gusto.


Atún Rojo empanado en sesamo
Steak tartar con helado de mostaza a la antigua
El postre es el momento de la relajación, cuando nos sinceramos, cuando nos sentimos más vulnerables, cuando en compañía de nuestros amigos nos sentimos suspendidos sobre la nada, ligeros por las confesiones ya hechas y por cortos silencios, no de aburrimiento, sino de paz interior. Para ese momento os recomiendo la espuma de chocolate blanco con helado de frambuesa, ligero como la nada pero intenso como la amistad.
Espuma de Chocolate blanco y helado
de frambuesa

De nuevo, la carta de vino me decepciono. Una carta escasa, con tan solo cuatro Riojas y cuatro Ribera del Duero,  poco arriesgada para una carta con platos interesantes y originales, tanto en texturas como sabores.
El ambiente, la ligereza de sus platos, harán que en este lugar os sintáis tranquilos, relajados para hablar con vuestros amigos, disfrutando de largas conversaciones, haciendo nuevos recuerdos para el mañana.
Al final de la comida, supe como hubiera continuado la frase que había escuchado el día anterior por la radio.
“Me acuerdo…porque no quiero olvidar”.
La vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS
Los recuerdos del pasado son los sueños del mañana