martes, 23 de noviembre de 2010

Una experiencia exotica en pleno Madrid.

¿Qué harías si te ofrecieran dejarlo todo e irte a vivir a Buenos Aires?
¿Qué harías si tus amigos decidieran empezar una nueva vida lejos de ti?
Hay preguntas, hay decisiones que pueden cambiar tu vida por completo. Puede que estemos preparados, o puede que no.  Ante estos dilemas, solemos reaccionar de distintas maneras, o buscando el refugio de nuestro silencio o la compañía de los quien siquiera cruzar una palabra, encontramos la paz buscada en momentos confusos.
Pues para quien ante una decisión transcendental busca la compañía de sus amigos, os recomiendo un lugar donde la experiencia exótica del lugar unida a la compañía de los vuestros, alejaran las inquietudes del momento o incluso os ayuden a encontrar una respuesta al dilema que se os haya planteado.
Este lugar es el restaurante árabe Al-Aman, en la calle Leganitos 27, Madrid.
El local está ambientado en la cultura árabe y cuenta con un salón privado que es como entrar en un autentico local árabe, el mejor ambientado que haya visto por el momento.
De la comida os recomiendo el Hummus (Crema de garbanzos), Ensalada Al-aman,  el Pastele de Pollo y el Cuscús con cebolla caramelizada y pasas. Solo advertiros que degustareis unos platos con un toque dulce y condimentados con muchas especies como comino y canela, toques de sabor que nuestros paladares no están acostumbrados pero consiguen darle este toque mágico y exótico que nos ofrece la comida árabe.
Para el postre, el surtido de dulces y el Te es algo obligado. Es lo mas autentico que he probado por Madrid, pues era un sabor tan autentico que sentí la necesidad de cerrar los ojos y pude sentir de nuevo el bullicio de la gente comprando, pude oler de nuevo la mezcla de los aromas de especies e inciensos y pude escuchar el sonido encantador de aquellas flautas que obligan a las serpientes a bailar lentamente en la plaza Jemaa el Fna de Marrakech.
Quizá, después de la cena no hallemos la respuesta de nuestros dilemas, pero la experiencia exótica vivida en este lugar vale la pena, y más si la podéis compartir. Quizás no sepamos que responder al ¿Qué voy a hacer?, pero saldréis con una idea clara en vuestra mente y corazón, querréis disfrutar de la vida y atesorar todo momento y lugar vivido, para que el día de mañana digan que moristeis viviendo.
Porque la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS

lunes, 15 de noviembre de 2010

En el Valle de Aran.

Lo bueno que tiene la montaña es que puedes disfrutar de ella en cualquier momento del año.
En invierno puedes disfrutar de la nieve, en verano de los deportes de aventura o simplemente pasear por sus frondosos bosques verdes, o que decir del otoño, donde un paseo por el monte se convierte en una degustación de los alimentos que nos da la madre tierra y que esperan a ser encontrados. Además, la paz y la serenidad que se encuentra en la montaña difícilmente la encontraremos en otro lugar.
Por eso, mi lugar preferido es el Valle de Aran (Lleida). Donde después de atravesar un túnel de casi 5 km. llegas a salir a otro mundo, a otro tiempo. Es un valle pequeño, donde a los pies de inmensas montañas nacen pequeños pueblos de casas de piedra y tejados de pizarra negra, que esperan pacientemente  la primera nevada que indique el comienzo de otro duro invierno. Un valle donde la gente ha querido conservar su identidad cultural, lingüística y sobretodo, gastronómica. Donde en una noche de verano todo se detiene sobre la tierra al contemplar el glaciar del monte Aneto teñido de plata por la luna y sus estrellas, recordándonos lo pequeños que somos en ente inmenso universo.
Y después de un día de esquí, senderismo o de simplemente, de sentarse con el silencio de tus pensamientos mientras observas la fragancia de los montes, el hambre os visitara. Para esas ocasiones os recomiendo el restaurante ERA LUCANA, Avd. Calbetó Barra 10, Vielha.
Es un restaurante familiar, acogedor e intimo. Pocas mesas aseguran un servicio personalizado y dedicación en la elaboración de los platos.
Recomendable el menú, sobretodo la fideua (para 2 personas). Sabrosa y ligera, os sorprenderá gratamente.
De la carta, un surtido de ensaladas templadas y de temporada dignas de probar, y una debilidad para mi es el pato, donde el chef Emili lo prepara majestuosamente. Los pescados es otro apartado que uno no puede pasar por alto. Y donde este restaurante consigue que todo llegue a armonizar es con la carta de vinos y cavas, una selección elegante y armoniosa consigue un maridaje único y perfecto.
Ir a la montaña y  comer en Era Lucana conseguirá que un día en la montaña sea uno de aquellos recuerdos que nos sostendrán en los días tristes del mañana.
Porque la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS

lunes, 1 de noviembre de 2010

Un Menú degustación para las ocasiones especiales, Madrid.

La noticia que una nueva vida está a punto de llegar, la gratitud por habernos sentido protegidos y amados en momentos difíciles, el saber que aquellos pequeños momentos vividos juntos conseguirá que nos mantengamos unidos a través del tiempo y de la distancia o un sentimiento mayor a la libertad que hizo sentirnos vivos, son motivos suficientes para reunirse con aquellos que crearon los recuerdos que hallamos en nuestros corazones y almas perturbadas por el día a día.
Curiosamente, instintivamente o premeditadamente, siempre acabamos celebrando cualquier acontecimiento de nuestras vidas con una comida, pues al fin y al cabo es en esos momentos, cuando no importa lo que se diga o cuantas lagrimas se nos escapen, porque simplemente somos nosotros mismos con  nuestros amigos, y lo que nos rodea es simplemente un silencio y un vacio que no cuenta.
Para esas ocasiones os recomiendo mi lugar predilecto para decir te quiero, pasando por gracias hasta el nunca te olvidare. Ese sitio es el ASADOR CASA JUAN, en la calle Infanta Mercedes, 111, Madrid.
El hecho que tengamos que llamar para reservar ya nos garantiza que el motivo que nos llevara a este magnífico restaurante es una ocasión única, una ocasión que queremos recordar a través de los tiempos.
Aunque tiene carta, os aconsejo el menú ejecutivo. Un menú degustación bien equilibrado y con una calidad exquisita. Podréis probar un Foie de Oca gustoso y esponjoso, pasando por un Jamón que se deshace nada mas gustarlo hasta cosas tan sencillas como un revuelto de setas, unas chistorras y unas croquetas dignas de nuestras abuelas.
El momento estrella es  la llegada del chuletón. El acierto de traerlo fileteado y medio crudo, hará que cada uno se lo prepare en la mesa a su gusto, haciendo que en ese momento se escape más de una carcajada antes que nos embargue la melancolía. Eso sí, todo ello bien regado con un vino de la casa que no es otro que un Rioja o un Ribera del Duero que conseguirá que la comida casi eclipse el motivo de la celebración.
No os dejéis engañar por el tamaño de los platos, pues aunque parecen pequeñas las raciones, cuando llegue el postre estaréis saciados. Quizás por eso el postre es acertadamente una fuente de fruta pelada y cortada, acompañada de unos frutos secos, unas Tejas de Tolosa, una crema de orujo y un licor de caramelo, para que a medida que el fin de la comida se acerca, nos demos cuenta que hasta las cosas sencillas son dignas de recordar.
No importa el motivo que os lleve a Casa Juan. Este lugar no os dejar indiferentes, no os defraudara. Todo lo contrario, conseguirá que el motivo que os llevo un día allí, llegue a ser el recuerdo que,  en un futuro no muy lejano, cuando cerréis los ojos, os haga sentir de nuevo las risas de los amigos que ya no están cerca, que sintáis la fragancia de quien os hizo sentir vivos, de aquellos días que nada importaba, unos días que ya no volverán pero que seguirán vivos gracias a momentos vividos en lugares como este.
Porque la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS
Que no s’apagui la màgia!!