martes, 21 de septiembre de 2010

Sobremesa por Barcelona.

Fue un viaje rápido a Barcelona. A penas duro 2 días, pero fue suficiente para descubrir un sitio inolvidable y del cual hemos hecho parada obligatoria cada vez que nos desplazamos a Barcelona.
Fue un sábado por la tarde. Después de una buena comida casera, decidimos hacer la sobremesa fuera de casa.
Fascinados por la novela que habíamos leído de ¨La Catedral del Mar”, decidimos adentrarnos al barrio Gótico y descubrir que rincones nos esperaban.  Y no decepciono, en la calle de la Palla 8, nos paramos ante una tienda de delicatesen de vinos, licores, pastas de te….  Como curiosos del saber que somos, decidimos entrar.
Muy amablemente, las dependientas nos indicaron si queríamos tomar algo. Sorprendidos por tal ofrecimiento, pues no veíamos mesa alguna, decidimos aceptar. Nos condujeron hasta una escalera estrecha, muy estrecha que conducía hacia abajo.
A medida que bajábamos, íbamos entrando como en un túnel del tiempo, y en apenas unos segundos nos hallábamos en lo que parecía un antiguo convento, sí, nos habíamos transportado a la Barcelona mas medieval posible.
Alumbrado por velas, las paredes de piedra con su bóveda hacia que se respirara una calma y una paz muy diferente a  las calles que nos habían llevado allí.
El surtido de pastas y galletas simplemente sublime. Unos carquiñolis como los que hacía tiempo que no probaba.
Nuestro amigo Moi, compañero en nuestra cruzada por descubrir los mejores sitios de este mundo, eligió acertadamente un moscatel celestial. Era como reencontrarse con esos abuelos o bisabuelos que siempre tenían un buen licor de cosecha propia. Yo preferí una copa de cava, para hacer mejor la digestión claro está. No estaba muy frio, pero era de burbuja fina, de esos que no te hace estar toda la tarde luchando con esos gases que quieren salir.
Sinceramente os recomiendo que si vais por Barcelona os detengáis en la tienda-cafeteria CAELUM. Es mucho más que un viaje a la Barcelona medieval, es un viaje hacia el rencuentro con vuestros recuerdos, de aquellas tardes junto a vuestros abuelos, tardes que tristemente son pasadas e irrecuperables. Un buen lugar para que el tiempo se detenga y repongáis fuerzas para volver a salir a las bulliciosas calles de Barcelona.
En fin,  la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimenta y bien vuestro cuerpo.
NAPS

No hay comentarios:

Publicar un comentario