¿Nunca has pospuesto una decisión, aun sabiendo que algún día tendrías que afrontarla?
¿Nunca te has preguntado qué sería de tu vida si ese día hubieras tomado otra decisión a la que tomaste?
Siempre intentamos huir de alguna decisión por tomar u olvidar la decisión que creímos en su día correcta y que nos perseguirá por muy rápido que corramos.
Hasta ahora habíamos ido posponiendo probar la comida hindú, pero una noche que no sabíamos dónde ir, alguien pregunto, ¿nos atrevemos con la comida India?
Abiertos a nuevas experiencias, y sin otras expectativas en vista, reservamos en el Restaurante DELHI, C/ Duque de Osuna, 6 MADRID.
No muy convencidos, todo sea dicho de paso, decidimos probar una cocina distinta a la que habíamos probado hasta ahora. Y como aquella decisión que tomas no muy convencido, pero que al final te alegras de haber tomado, así nos sentimos esa noche.
Es un restaurante pequeño pero acogedor, con un ambiente por lo menos peculiar y exótico, sin duda alguna. Abrimos hambre con una cerveza autóctona, pero que rápidamente notamos que no tiene nada que envidiar a nuestras bebidas de cebada o malta.
Con nuestras gargantas ya aclaradas, empezamos la degustación de una cocina totalmente exótica. Digno de destacar es la Samosa, una empanada de carne muy sabrosa a la vez que ligera, acompañada de Pakora, verdura troceada y rebozada en harina de garbanzo.
El pollo y cordero asado con especies, aunque gustoso, fue eclipsado por lo que a mí me sorprendió gratamente, el Prawn Masala, langostino con un preparado de yogur con crema y acompañado de coco. Una mezcla, en principio extraña, pero de lo mas gustoso al paladar, lo que acompañado de un autentico arroz basmati, hará las delicias de los buscadores de nuevas sensaciones gustativas.
Del postre destacaría el Sugi Halwa, una pequeña bola de pistacho y frutos secos, que sin llegar a ser empalagoso, resulta de lo más delicioso. Y no queremos irnos de este restaurante sin probar los tés, algo que no podemos pasar por alto para acabar una autentica cena exótica en pleno centro de Madrid, donde, si olvidamos tan solo por un momento donde nos hallamos, podremos sentir lo que sintieron aquellos primeros colonos, cuando en medio de las densas selvas de un país lejano, descubrieron esas grandes civilizaciones escondidas en lugares donde solo llegaban las mentes más soñadoras.
Puede que vivamos con el miedo de tomar una decisión, puede que soportemos una pesada carga sobre nuestros hombros por no habernos atrevido a abrir nuestros corazones cuando debimos, pero os aseguro que nunca os arrepentiréis si a la pregunta, ¿te atreves con la comida india?, respondéis con un simple pero rotundo “si me atrevo”.
Recuerda que la vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS
Me imagino que la mezcla de sabores de la comida hindú será tan maravillosa al paladar como a la mente y al corazón es esta mezcla de filosofía (que despierta la mente y los sentimientos) y arte culinario.
ResponderEliminarMe ha sorprendido que no hubieras conocido el placer de la comida hindú todavía.....
ResponderEliminarNosotros somos forofos de ella y siempre que la economía lo permite, nos damos un homenaje indio.
Y donde he comido de la mejor ha sido en Londres, pero claro, allí es casi el plato nacional, jajaja
A Esteban le gusta la salsa Masala, yo prefiero la Korma... ese toque de la leche de coco mmm, qué rico!!!
En fin que aunque sea la primera vez que comento en tu blog, que sepas que lo sigo.
Besines de los Cuende (4 + 1)
Jemina