lunes, 7 de febrero de 2011

Para Hablar…

Un día antes, escuche en un programa de radio, lo que los oyentes habían escrito para  continuar la frase “Me acuerdo…”
 “Me acuerdo del olor de mi antigua casa”, “Me acuerdo de mi primer coche” o “Me acuerdo de mi bici roja y blanca” decían algunos, y entonces me pregunte, como hubiera continuado yo esa frase, pues al fin y al cabo, todos tenemos algo para recordar, algo que tenemos en un rincón de nuestro corazón o quizás en una pequeña caja, llena de polvo y de fotografías, que nos recuerdan cuando fuimos jóvenes, cuando aún nos permitíamos el lujo de soñar o como una simple cena en una piscina nos hacía sentir los dueños del mundo.
Y precisamente, recordar, es lo que nos reunió un sábado soleado de febrero delante del restaurante FOGON DEL PAN DE QUESO, en la calle Mejía Lequerica 14 de Madrid.
Un restaurante sencillo y pequeño , pero acogedor, donde recordar tiempos pasados, hablar de nuevos proyectos, de nuevos sueños, no quedaría eclipsado por un ambiente cargado o molesto. La comida, ligera pero con un toque innovador, acompaña a la perfección las largas y sinceras conversaciones con los amigos. Un lugar sin lugar a dudas, para hablar con tranquilidad, mientras disfrutáis de una cocina mediterránea con toques étnicos.
Por eso, para poneros al día con nuestros amigos,  nada mejor que la ensalada de frutas pasas, nueces y helado de queso de cabra, o para los más atrevidos, la crema de coliflor y chocolate blanco, una combinación extraña al oído, pero intensa al paladar.
Ensalada de frutas pasas, nueces y helado
de queso de cabra.
Cuando la conversación ya toma aires más serios, no paséis por alto el taco de atún rojo empanado en sésamo con culis de tomate y cebolla caramelizada. Aunque lo sorprendentemente delicioso es el steak tartar de solomillo de ternera con helado de mostaza a la antigua. El helado cremoso combinado con una carne suave pero sabrosa, conseguirá que redescubráis el sentido del gusto.


Atún Rojo empanado en sesamo
Steak tartar con helado de mostaza a la antigua
El postre es el momento de la relajación, cuando nos sinceramos, cuando nos sentimos más vulnerables, cuando en compañía de nuestros amigos nos sentimos suspendidos sobre la nada, ligeros por las confesiones ya hechas y por cortos silencios, no de aburrimiento, sino de paz interior. Para ese momento os recomiendo la espuma de chocolate blanco con helado de frambuesa, ligero como la nada pero intenso como la amistad.
Espuma de Chocolate blanco y helado
de frambuesa

De nuevo, la carta de vino me decepciono. Una carta escasa, con tan solo cuatro Riojas y cuatro Ribera del Duero,  poco arriesgada para una carta con platos interesantes y originales, tanto en texturas como sabores.
El ambiente, la ligereza de sus platos, harán que en este lugar os sintáis tranquilos, relajados para hablar con vuestros amigos, disfrutando de largas conversaciones, haciendo nuevos recuerdos para el mañana.
Al final de la comida, supe como hubiera continuado la frase que había escuchado el día anterior por la radio.
“Me acuerdo…porque no quiero olvidar”.
La vida pasa y nosotros con ella, por eso, alimentad el alma, pero sobre todo alimentad y bien vuestro cuerpo.
NAPS
Los recuerdos del pasado son los sueños del mañana

2 comentarios:

  1. Como puede ser que nadie haya comentado esta maravillosa espuma de chocolate blanco y helado de frambuesa?!?! Por lo que veo tendremos que esforzarnos por encontrar un lugar donde se arriesguen con el vino.

    Sergi

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  2. Vaya! Pensaba que no habia comentado este lugar! A veces quieres hacer las cosas tan perfectas y te lo piensas tanto pero tanto, que tanto tiempo ha pasado ya que al final ya no vale ni la pena ni intentar hacerlas. Afortunadamente en esta ocasión no ha sido así.;-P

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